La Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) recibe con preocupación y sorpresa el anuncio de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, en el marco del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), de no suscribir nuevos contratos de exploración de petróleo y gas en Colombia.

Cabe recordar que la industria de hidrocarburos es fundamental para la estabilidad económica del país, la financiación nacional y la de los departamentos y municipios, porque cerca del 40% de las exportaciones dependen de este sector, el 20% de los ingresos fiscales de la Nación y el 76% de las regalías. El le quiere apostar a una transición, pero el principal desafío no está en la diversificación de la matriz eléctrica sino en la energética y eso solo se dará con la transformación del parque automotor. El país depende de los combustibles derivados del petróleo y el gas en un 99%.

Y en una economía como la colombiana renunciar a la principal fuente de ingresos de divisas requiere de un programa concreto e inmediato para sustituirla. De lo contrario las consecuencias pueden ser irreparables y no suscribir nuevos contratos de exploración destruye a cuenta gotas una industria fundamental, no hace diferencia en la crisis climática global, empobrecerá a Colombia y los 400.000 barriles diarios que se exporta, los sustituirán otros países. En cuanto al calentamiento global, los mayores efectos los generan los pastizales con (19,8%), gases de metano del ganado (14%) y tierras forestales (16,4%). En el sector de energía, el transporte con 12%. Lo anterior indica que una política seria en materia climática debería enfocarse en la reforestación y transformación del parque automotor. También en las últimas horas el presidente petro ha dicho que las reservas de gas dan hasta el 2042, pero el sector petrolero, dice que las verdaderas reservas probadas, darían para ocho años, podría presentarse déficit en 2028.

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La inflación cerró el 2022 en 13,12 %, el dato más alto desde enero de 1999. Una cifra que parece no haber tocado techo, y que para este año generará presiones en el bolsillo de los colombianos, incluso varios expertos aún esperan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) siga aumentando. Frente a este panorama el gobierno anunció medidas sectoriales, entre algunas control de precios de los alimentos, siendo el rubro que más le ha aportado a la inflación en Colombia.

Según el Dane, los productos que más contribuyeron a la cifra de 2022 fueron la carne de res y derivados, con una contribución anual de 0,50 puntos porcentuales, el arroz (0,48 puntos), y la leche (0,42 puntos). Es por ello, que José Felix Lafaurie, el presidente de Fedegán, indicó que actualmente “sigue existiendo una clara especulación de quienes controlan el mercado al consumidor final, pues el precio del ganado ha venido bajando en los últimos cuatro meses, sin embargo, persiste el incremento al precio del consumidor”. A su juicio, falta control de las autoridades.

Algo parecido sucedió con tarifas de energía, las disminuciones no han sido tan significativas como se esperaban, tanto así que durante el último mes de 2022, el promedio del kilovatio vendido en el país fue de $779,1, un aumento de 0,84% frente a los $772,7 que se habían registrado en la facturación de noviembre.
Así las cosas, el 2022 fue el año de la inflación, donde el costo de vida se disparó en todo el mundo. Las presiones sobre los precios en la pandemia se mantuvieron debido a que la guerra rusa en Ucrania elevó los costos de alimentos y energía. En consecuencia, los riesgos de recesión para 2023 crecen en las principales economías del mundo. Dado que el gasto de los hogares está bajo presión, el impacto de las alzas de tasas, la recuperación tras la pandemia perdió fuerza en 2022, y este año probablemente será aún peor. Estas son algunas de las previsiones sobre lo que pasaría económicamente en 2023 a nivel mundial y en Colombia.

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Con el cambio de año y el incremento de los impuestos, el alza de precios es constante en los diferentes establecimientos comerciales. Es por esto, que desde inicios de este 2023 se reactivó el impuesto de consumo, que se había suspendido debido a la pandemia por COVID-19, a los restaurantes, bares y gastrobares para así fomentar el consumo y aumentar la reactivación económica en el país.

El impoconsumo será del 8% y es responsabilidad de los establecimientos comerciales de recaudar y reportarlo ante la Dirección de Impuestos Nacionales. Tal como lo expresa la DIAN: “Los empresarios que se dediquen al expendio de comidas y bebidas y que estén inscritos al Régimen Simple de Tributación (RST) deberán actualizar el Registro Único Tributario (RUT), y reemplazar la responsabilidad a “responsable del Impuesto Nacional al Consumo”.

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El sancocho es una de las costumbres paisas más tradicionales para recibir Año Nuevo y sí usted es una de las personas que le gusta esta preparación pues le contamos que hasta un 80% subió el precio de los ingredientes para preparar el sancocho, esta tradición que se tiene casi siempre el 25 o el 1 de enero, ahora le podría costar hasta 300 mil pesos debido al aumento considerable de la canasta familiar, sobretodo de la carne y el pollo que son infaltables en este plato.

Si vamos al detalle sobre los precios de los insumos y alimentos, se debe tener presente el alza en los precios de la papa y la yuca, que han tenido un incremento del 70 %, el plátano verde, la cebolla y el cilantro han incrementado sus precios en un 45 % el limón, la papa criolla y el aguacate un incremento del 19 % en el precio final al consumidor, según cifras recientes de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios.

Para este 1 de enero, el sancocho es uno de los alimentos más tradicionales para recuperarse luego del consumo de alcohol; sin embargo, la inflación y escasez podría tener efectos en su consumo.

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